Antes de que el turismo como profesión llegara a mi vida me sentía más inclinada hacia el arte. Decidí estudiar Arquitectura en mi último año de secundaria y aún me apasiona, pero tres años después comprendí que no era el mejor camino para mi meta principal: vivir una vida feliz.
-Nicole, ¿qué tiene que ver ese cuento con el título?
Bueno, es una pequeña anécdota que aún me hace reír.
Mientras esperaba en la fila para lograr un cupo en la carrera (no sé cómo funciona la facultad actualmente, pero mi experiencia fue una ODISEA) conocí a una joven peruana (saludos Jazmin) y, durante el almuerzo, nos contó (estaba otra chica) sus experiencias en nuestro país. Jazmin no tenía mucho tiempo aquí y nos relató un pequeño incidente que es la razón de esta publicación.
Un día escuchó algo que le pareció un animal chillando de dolor, pero su tío (que llevaba más tiempo viviendo en Panamá) le dijo que eso era una "saloma". No se imaginan lo gracioso que me resultó, ya que para mí era algo natural, tan panameño... y ese es el detalle: Jazmin vino a estudiar desde Perú. ¿Cómo le explicas a un extranjero qué es una saloma?
La Saloma
Antes debo aclarar que nací y he vivido toda mi vida en la Ciudad de Panamá. Aquí las expresiones folclóricas no se practican con tanta fuerza como en las provincias del interior del país (la región de Azuero principalmente). Sí, he escuchado a la gente "salomar" en programas de televisión desde que tengo uso de razón pero, ¿cómo lo defino en mis propias palabras? Diría qué:
La saloma es un canto propio del campesino panameño que consta de vocalizaciones y de una frase corta con la que expresa ideas y emociones muy personales.
Una definición más atinada es:
La saloma es una expresión vocal-gutural, que contiene elementos de canto, de grito alargado y versos de alguna redondilla. El conjunto ofrece la nota de una queja honda a veces o de una expresión de ternura muy particular. Se oye durante las escenas de trabajo, mientras se ordeña, se conducen ganados, se muele la caña por la madrugada o cuando se regresa, al anochecer, del trabajo cotidiano. Es una de las más bellas y típicas muestras del folklore sentimental panameño y bastante rara por cuanto exige habilidades poco comunes a los ejecutantes (Zárate & Pérez de Zárate, 1999, p. 26).
La saloma es un arte y los campesinos sus artesanos. Es una de esas "pequeñas" cosas que son tan comunes para el panameño, pero que son parte de un rico legado cultural, nuestro patrimonio inmaterial que quiero exponer y celebrar en este blog.
Espero que les haya gustado esta entrada. Me encantaría leer sus comentarios, no duden en dejarlos.
¡Saludos!
El video no es de mi autoría, todo el crédito a su creador.
Lectura recomendada: La décima y la copla en Panamá, por Manuel F. Zárate y Dora Pérez de Zárate (disponible en la página web de la Biblioteca Nacional de Panamá).
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